Profanador cuento
Profanador (fragmento)
Vivió siglos, aún conservaba la apariencia de un hombre joven. Viajó por el mundo, contempló los sucesos de la humanidad repetirse.
La tecnología avanzaba, pero los mortales, movidos por el deseo de riquezas, extendieron la miseria en el mundo. El petróleo codiciado trajo la guerra a su país que nunca olvida, a pesar de la distancia. Ya no formaba parte de aquel pasado.
Presenció acontecimientos que no lograba entender, o su capacidad para eso desapareció. Juzgó estar privado de esa comprensión.
En otra época, vio a dos amantes en las márgenes de un río, la mujer resbaló y fue arrastrada por la corriente, se hundía en los rápidos, el hombre se precipitó a su auxilio, después de una cascada impetuosa no emergieron. Recordó a otro, tras un período prolongado de meditación en las montañas nevadas descubrió el misterio, nunca cambiante aunque el mundo fuera otro, esperando ser descubierto.
Conocía ritos profanos, compartió botines de las ciudades asoladas, favoreció a quienes predicaban prometiendo falsedades a cambio de un diezmo, culpable de pervertir almas.
Estuvo sumido en un sueño imperturbable, en el que revivía sus experiencias, tratando de comprender aquellos actos que suponían un interrogante para él mismo.
La sed lo despertó. La luna llena lo invitaba a calmar el hambre...